Los investigadores estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun recibieron hoy el Premio Nobel de Medicina y Fisiología a por sus descubrimientos de los microARN y su papel en la regulación genética.
La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo entregó el galardón en reconocimiento a un trabajo que ha permitido despejar una pregunta clave sobre el funcionamiento del organismo: ¿por qué las células de nuestro cuerpo se diferencian y tienen características diversas si contienen exactamente el mismo manual de instrucciones en su ADN? ¿Qué es lo que hace que una célula muscular y una nerviosa puedan desempeñar funciones tan diferentes?
Los microARN, pequeñas moléculas de ARN, cumplen un papel fundamental en esta regulación genética por lo que, en último extremo, son claves para que el organismo se desarrolle y funcione adecuadamente.
Los microARN tienen una función fundamental a la hora de conseguir que en cada tipo específico de células solo se activen determinados genes. Esta regulación hace posible no solo la habilidad de las células para llevar a cabo funciones especializadas, sino su adaptación a condiciones cambiantes.
La regulación postranscripcional de los genes es clave en el funcionamiento del organismo y, por tanto, cuando falla puede producir trastornos graves, como cáncer, distintas enfermedades autoinmunes o problemas en el desarrollo embrionario, entre otros trastornos.
Ambros, investigador de la Universidad de Massachusetts (EEUU) y Ruvkun, con laboratorio en el Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, publicaron sus descubrimientos sobre el papel de un microARN en la regulación genética en dos artículos en Cell en 1993. Sin embargo, al principio sus hallazgos no recibieron demasiada atención entre la comunidad científica, que hasta entonces creía que solo los factores de transcripción eran importantes para la regulación genética. Las investigaciones de Ambros y Ruvkun se habían llevado a cabo en un tipo de nematodo, el gusano C. elegans y muchos de sus colegas pensaron que los microARN correspondían a una peculiaridad biológica del animal, un detalle que no sería relevante para los humanos.
Sin embargo, en el año 2000, los investigadores descubrieron otro microARN con un papel fundamental en todo el reino animal. A raíz de aquel artículo, que ya cambió la perspectiva científica sobre la regulación genética, se identificaron progresivamente cientos de microARN.
Hoy en día se sabe que los microARN son claves para la regulación celular en todos los organismos pluricelulares.
Tomado de cubadebate…